Costa Rica. ¡¡ Me han robado todo !!

Tras llegar a San José, pasé el siguiente día recorriendo la ciudad y investigando un poco sobre algún sitio un poco más barato, ya que Costa Rica en general es el país más caro de Centro América.
Sentado en el parque mirando un mapa, una chica se me acercó hablando en inglés,
y tras pedirme si podía mantener una charla con uno de sus estudiantes en inglés para que practicara algo, acepté, no estando muy seguro de quién practicaría más, sus estudiantes o yo jajaja.
Finalizada la charla y tras hacerme algunas preguntas sobre el viaje me recomendó una playa en el pacífico, así que no dudé en tomar un bus esa misma tarde hacia Puntarenas.

Pasé allí un par de noches disfrutando de las fiestas locales, viendo desfiles y unos cuantos baños en la playa, pero aún así seguía siendo muy caro para mi presupuesto, el cual se estaba agotando. Así que decidí moverme a Montezuma, un pequeño pueblo en la Península de Nicoya.
El lugar pintaba bastante bien, palmeras, arena medio blanca, hamacas, y lo mejor de todo fue que podría acampar, y por lo tanto ahorrar bastante.

Pero la desgracia vino... tras conocer a unos cuantos chicos de todas partes del mundo que viajaban como yo, y preparar una buena cena, algunos decidimos salir a dar una vuelta por la playa para ver si teníamos suerte y podíamos avistar alguna tortuga gigante, ya que es un sitio muy concurrido por ellas.
Sin suerte... nos volvimos al hostal, tomé la toalla de la tienda de campaña y me metí a dar una ducha, menos de 10 minutos más tarde, salí al jardín y la tienda de campaña no estaba, al principio pensé que sería una broma de alguno de los chicos del hostal, pero tras un rato me di cuenta de que no era así, salimos a buscar por todo el pueblo, la playa, alertamos a la policía, pero finalmente todo pareció inútil, se lo habían llevado todo, cámara, ordenador, dinero, ropa, zapatos, incluso la tienda de campaña, y en ése momento no tenía más que una toalla enrollada y un jabón en la mano.

Por suerte Vicky, una chica de Austria aún estaba levantada y me ayudó, pasé la noche en la cama que sobraba en su habitación, me regaló algo de ropa y junto con lo que había conseguido salvar, la mochila grande que guardé en el hostal para que no ocupara espacio en la tienda, el pasaporte, algo de ropa y una tarjeta, que había en la mochila, ya tenía algo, menos zapatos, así que saqué algo de dinero y compré unas chanclas y fuimos a poner la denuncia al pueblo. Desde el principio no me dieron muchas esperanzas, pero bueno, al menos lo intenté. Nos volvimos al hostal, y después de comer Vicky se marchó hacia Panamá, yo me quedé una semana más en Montezuma esperando a que se solucionara algo, pero finalmente la Policía no hizo nada a pesar de que un vecino les dijo quién había cometido el robo.

Fue un momento de tensión, el no tener nada, no saber si regresar a España, México, o seguir el camino hacia Panamá, era una decisión difícil.

Al finalizar la semana y con los ánimos algo más altos, puse dirección a Panamá, pasando una noche en San José y siguiendo camino a uno de los paraísos, ésta vez en el otro lado del continente, en Bocas del Toro, el Caribe Panameño.

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