Transformación hacia un Hombre Nuevo


Cerrar un libro y percibir el tenue aroma del fin de una etapa en mi vida, han sido las dos principales razones por las que hoy me encuentro en el camino correcto; el camino que me dirige de manera sincera e íntima hacia ese Hombre Nuevo en el que aspiro convertirme.



Un libro que a la vez son cientos, pero una historia que es sólo una: la mía. Tacto de páginas rugosas las cuáles me han transmitido una verdadera razón para seguir. Uno de esos momentos de epifanía en los que sientes correr por ti la tinta que es a la vez la sangre de la vida que allí se plasma. Un sueño cobrando forma, ese sentimiento de querer cumplir con un deber. Transmitir el ejemplo de abnegación absoluta en pos de alcanzar un bello y amado ideal que ensancha el alma y encumbra al hombre. Ver renacer la fe, la fuerza de voluntad y el sacrificio en un torrente de violento amor.
Todo gracias a él. Siento que le debo tanto... Procuraré no defraudarte, amigo.

Y ese aroma que anuncia el fin de un momento personal trascendente como ningún otro hasta la fecha, arrastra en su torbellino de clara certeza desde lo más hondo de mi ser un individuo cabal y de voluntad férrea, decidido y despojado del egoísmo con el que antaño fuera intoxicado para entregarse de manera decidida y valiente al beneficio total de toda una colectividad.

Veo hoy con otros ojos el mundo que me rodea. Y me asusta la imagen decadente de una humanidad que languidece y parece resignarse a perder la libertad bajo la bota del régimen asesino y opresor que avanza imparable. Siento con un corazón que late furioso ante la desigualdad reinante entre esa humanidad, heredera legítima de su sino y de este mundo, y las clases opresoras que recortan sus derechos y dominan a éstas con el miedo más ruin e inhumano. Ante este golpe directo y potente a mi afán de luchar con todas mis fuerzas -hasta que la misma vida se me escape en este intento si es preciso- por la igualdad de todos cuantos poblamos este planeta y sobretodo por el derecho de las clases más desfavorecidas de ser dueña de su destino, reacciono con brazos de revolucionario. Abrazo así con fuerza esta decisión nacida del más puro y libre amor; el que siento por toda la gente que ahora siento como la mía.

Quizá muchos no comprendáis esta transformación, lamento dicho caso pues supone la clara falta de solidaridad del hombre de hoy. Ese hombre atrapado en el materialismo con que le atiborran. El mismo que abandona la tradición y el respeto por sus orígenes encaminándose de este modo a la desaparición total de toda condición de hombre libre. Ese hombre que olvida y entierra en la más honda fosa a su libertad de pensamiento y decisión, y acepta así con la cabeza gacha la mentira, el prejuicio, la envidia, el odio y el miedo. Elementos utilizados por esa élite opresora para someterle y convertir su vida en la del dócil esclavo. De nuevo la bota del tirano reduce a una humanidad sin fuerzas ni armas con las que defenderse.

Del mismo modo, este hombre, olvida el amor. Bien lo desecha por voluntad propia o también le es arrancado con el resto de su alma, pero el fin es el mismo: un individuo sin amor no puede experimentar esa transformación que conduce al Hombre Nuevo. Tampoco es posible la concepción de un mundo nuevo y justo sin la base esencial de dicho elemento. Un mundo donde la convivencia tenga lugar en un clima de respeto, solidaridad e igualdad entre todos los hombres es inconcebible sin amor.
Es por ello que mi transformación y mi sentimiento de estar a punto de cumplir una Labor Noble, Justa y Necesaria son fruto de un sentimiento (como dije antes) nacida del más puro y libre amor; el que siento por toda esa gente que ahora siento como la mía.

Me duele pensar en aquéllos que no lleguen a entender o concebir mi actual decisión de llevar a cabo lo que desde lo más recóndito de mi interior late furioso; con toda seguridad tendré que plantar cara en algún momento a ese bota que amenaza con ahogar toda voz que ose alzarse. Estoy preparado para ello. Las armas con las que cuento son la fe, la fuerza de sacrificio y la voluntad, que hoy siento más vivas que nunca para emprender la lucha que vencerá a su miedo. Y mi sueño es que el amor que hoy me mueve a escribir y sentir esto, nazca en otras gentes y sea la base de la transformación hacia un Hombre Nuevo.

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